Tras el triste ...balanceo cansado,
de dos manos que caminaban
ansiosas e indiferentes… expectantes,
por la misma acera…
buscando el calor en
un mundo cargado de silenciosos bullicios,
compartían ambas
blancas y frías soledades,
nadando ...en un vacío ,
agobiado de ruidos,
de miradas indiferentes
entre mentes encerradas en sus mundos,
en sus problemas cotidianos,
bañados de desasosiegos.
Vagaban ambas soledades
por la vida ,compartiendo esquinas
teñidas de las negras tintas de los avisos matutinos
de las noticias cotidianas.
El café de la esquina…
testigo de historias
...con historia,
cálido por dentro, empañado por el frío vidrio
en la mañana gris invernal,
atraía como imán
tentando al refugio de esas soledades compartidas,
la misma esquina, el mismo bar...
la mismas manos…
Sus miradas se cruzaron
y ese instante
...se hizo eterno
y descubrieron que en la vida
solo había que saber…
mirar.
(texto y foto - Roxana d Empaire)