la expresión pura
que nace de nuestras emociones internas.
Cada gota de adrenalina,
volcada en el lienzo, a través de la dinámica creativa,
posibilita el fluir elemental de nuestro yo interno.
Plasmado en el devenir del pulso mágico
de nuestra carga vivencial.
La creación se ve acentuada y enriquecida
en momentos que marcan esos instantes únicos e irrepetibles,
donde las musas inspiradoras mueven nuestras manos
como alas mágicas acariciando el blanco lienzo,
dando vida… a la vida misma
Es así, como
La obra, se independiza de nosotros
para pertenecer al universo vivo
del arte…
Yo-
jueves, 10 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario